Foto gracias a Esther Ann en Unsplash

Bienvenid@s,

 

Los conflictos están a la orden del día: bélicos, políticos, en la familia, entre hermanos, en la pareja, y sobre todo, con nosotr@s mism@s. Los conflictos incomodan, incluso destruyen. Pero el desacuerdo entre las personas es normal. Cada uno/a de nosotros/as tiene un punto de vista diferente de los sucesos, basado en su educación y experiencias. Esta riqueza que tenemos las personas nos hace únicos e irremplazables. Sin duda, si normalizáramos el conflicto, nos enseñaran a dialogar, aprendiéramos a construir mediante éste y diésemos valor a la diferencia, disminuiría la violencia.

Las discusiones de pareja.

Un clásico son los reproches, piques, peleas, discusiones con nuestra pareja. Si estás viviendo esta circunstancia, te dejo una serie de reflexiones que te pueden ayudar a romper con este círculo vicioso en tus conversaciones de pareja:

  • Pregúntate, ¿quiero seguir mantener esta relación o quiero tener razón? Si la respuesta es quiero seguir con esta pareja y quiero tener una relación sana, entonces debes empezar a buscar la manera de comunicarte desde otro lugar. Fíjate, he dicho tú, no el otro. El cambio empieza en uno/a.
  • Ten en cuenta que no existe una única verdad, una única creencia. Existe la verdad de cada uno construida a base de sus experiencias, interpretaciones, educación, etc. Por tanto, practica la tolerancia en la escucha, por ejemplo, sin tener la respuesta predefinida, en nuestra cabeza, antes que nuestra pareja haya terminado de hablar.
  • Destierra el por qué en tus discusiones y pregunta qué. De esta manera conocerás mejor las intenciones y sentimientos del otr@. La pregunta por qué genera una respuesta-defensión. Por ejemplo, ¿Por qué haces esto? Porque quiero. Así se termina la conversación sin nada en claro.
  • Habla desde la emoción, desde qué te ha hecho sentir sus palabras, sus actos. Habla desde la sinceridad de tus sentimientos. En este terreno no hay discusión, es lo que tú sientes, único e intransferible. Si hablas desde lo que tú crees y piensas, entonces aquí hay más terreno para discutir.
  • El tipo de frases que empiezan con “siempre”, “nunca”, “todas las veces” … desvalorizan al otr@, no son del todo ciertas y poco concretas, por tanto, no permiten resolver el problema.
  • Detrás de cada queja hay un deseo no expresado. Sincérate contigo mismo/a, toma coraje y suéltalo.
  • Cuando notes que estás elevando tu número de críticas, céntrate en lo que funciona, incluso haz una lista de 10 aspectos de tu pareja que te gusten, durante los días que consideres necesarios. Y léela cuando te convenga.
  • Y, finalmente, los cambios requieren de perseverancia y paciencia. Puede ser que a la primera no funcione, insiste. También, podéis buscar un profesional de la psicología que os ayude a comunicaros mejor.

¿Qué os parece si el “haces poco en casa” o “nunca estás” lo cambiamos por?: “Me siento cansada/o y me gustaría tener más tiempo para mí, ¿qué te parece si nos repartimos de diferente manera las tareas domésticas?, ¿cómo lo ves?. De esta manera yo me sentiría menos agobiado/a y podríamos estar más tiempo juntos”. O “Te echo de menos cuando no estás, me siento solo/a”.

Gracias y hasta la próxima.